

A ver si lavado tupe. El lector podrá dudar de lo que digo, pero le puedo asegurar que contrario a lo que señala el conocimiento vulgar, se han encontrado múltiples evidencias de que en el mundo antiguo la tradición del debate público, y más concretamente del uso público de la razón, era una práctica recurrente en las culturas orientales, tanto en la India como en Asia del este y sureste.
Por ejemplo, era común que los lunes, si no llovía, grupos de intelectuales budistas se reunieran a deliberar sobre asuntos seculares y religiosos. Ahí se discutía sin violencia y sin animosidad verbal. Y esto es lo que más llama la atención: el grado de civilidad que habían alcanzado, pues cuando no eran posibles los acuerdos, los involucrados ni se peleaban ni se andaban sacando los trapitos al sol en los periódico (a la mejor porque estos aún no existían).
Incluso, según consta en un montón de papeles viejos que fueron encontrados todos hechos bola en la famosa cueva de Ta'wabia, cuando estos pensadores debatían y se hallaban de pronto en un callejón sin salida, entonces despertaban al monje más anciano y éste, entre bostezos y quitándose las lagañas, preguntaba a los asistentes lo siguiente: “¿Kaif takool thalik bilarabia?”, que más o menos quería decir “¿Cómo ven, le seguimos de mañana en ocho?”.
Si la respuesta era positiva, la discusión continuaba el lunes siguiente. Si, por el contrario, decían que no, entonces cada quien se quedaba con sus propias ideas.
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