30 de mayo de 2009

Entre miraditas, el gordito feliz evitaba echarse güacos

Este sábado había planeado no hacer nada; sin embargo, y muy a mi pesar, en la tarde tuve que salir al centro de la ciudad, pues recordé que tenía que llevarle una razón a la señora Ana Elena (que así se llama la madre que me parió), además de que me urgía localizar al másterwherevertatooforever para entregrarle una información que necesitaba. Así las cosas, y habiéndole dado la razón a doña Anita y luego de no encontrar en su negocio a mi estimado Wherever, me regresé ipso facto (o sea, en putiza) a mi casa. En el trayecto descubrí que la avenida Manuel Álvarez está llena de cosas maravillosas. Entre otros hallazgos, me encontré esto que les voy a enseñar a continuación. Pongan atención, por favor:
PRIMERO: un bazar llamado Miraditas Ja Ja Ja, donde se compra, vende y tracalea, pero sobre todo, donde los dolores de cabeza terminan, porque ahí los bienes son para remediar los males.

SEGUNDO: a unos pasos del negocio anterior encontré esto:

TERCERO: interior de la Ex Finca de Adobe

29 de mayo de 2009

Do not smoke, if you kick

Desde el lunes por la tarde me anduve sintiendo mal y por eso no había posteado nada. Supongo que todo esto se debe a que mi cuerpo está resintiendo la ausencia de nicotina y todos los malestares que me aquejan son producto del proceso de desintoxicación en el que me encuentro. En estos días, sin embargo, no he tenido ganas de fumar y la mera verdad tampoco he pasado por los minutos de angustia que -debido a la abstinencia- llegué a vivir las otras ocasiones en las que intenté dejar el cigarro. Por eso agradezco a Heinrich Mack Nachf. GmbH & Co. Kg., a los laboratorios Pfizer y de manera muy particular gracias a mi querida D. porque fue ella quien me pidió que me dejara de mamadas y desterrara de mi entorno el penetrante y apestoso olor de mis "pinches cigarros". Pero lo más importante de todo esto es el anuncio que voy a dar a continuación: gracias a que estoy dejando de fumar, he decidido, por tanto, volver a las canchas de futbol. A ver qué cara ponen dos que tres cabrones. Y mientras esto sucede, invito a mirar con atención la siguiente imagen. Obsérvese por favor con qué clase, pero sobre todo, con qué energía voy a patear el balón.

¡A güevo!

24 de mayo de 2009

A la leña

Lastimado, lesionado, accidentado, fracturado, renco, incluso
hasta incapacitado. Pero no, el Pollote tenía que ser Cojo.

23 de mayo de 2009

Cómo sobrevivir a las almas ranchera con percepciones municipales

El jueves pasado, el poeta, intelectual y periodista colimense, Sergio Briceño González, en las páginas editoriales del Diario de Colima, criticó al candidato priista a la gubernatura, Mario Anguiano Moreno, porque éste "En sus diez compromisos... JUNTÓ (sic) a la cultura con el deporte". Para el poeta, intelectual y periodista colimense, eso de que Mario Anguiano ande queriendo juntar a la cultura con el deporte, nomás no va porque lo único que pone en evidencia es "la visión ranchera" pero, más triste aún, "la percepción municipal" que el candidato tiene de la cultura. Al respecto, el poeta, intelectual y periodista colimense, nos pide no perder de vista que "La cultura, como ministerio de una administración o ya de perdida como secretaría o si se quiere como mera dirección adjunta, no podría depender del deporte por varias y sencillas razones: las necesidades son distintas" (sic). A pesar de la potencia teórica de la idea anterior, lo bueno, lo verdaderamente interesante viene cuando el poeta, intelectual y periodista colimense, nos comparte la neta de todas las netas jamás publicada. MUCHA ATENCIÓN, POR FAVOR: "la cultura es tan relevante que si se le impulsa decidida y sostenidamente, podría solucionar, de golpe, no solamente el problema de la delincuencia y del pandillerismo, sino también el de la desintegración familiar y hasta de pasada podría generar prestigio, que no lo tiene, para el ayuntamiento o para un estado, si se canalizan bien los recursos para el crecimiento de eso que los especialistas llaman “espesor cultural” en cada ciudadano, de modo que sean capaces de reconocer una obra de Prokofiev o distinguir un óleo de Rembrandt". No duda que si Sergio fuera el responsable de transmitirnos la palabra de Dios, yo le estaría creyendo ábsolutamente todo y nomás porque él lo dijo. Pero no es así, pues sólo es un poeta, intelectual y periodista colimense a quien en última instancia le debiera importar que sus opiniones estén fundadas en argumentos; es decir, sustentadas en datos concretos o siquiera en alguna evidencia que le indique al lector que las opiniones que está leyendo fueron elaboradas con base en realidades y no en simples ocurrencias. Respecto al tema que nos ocupa, en lo personal, me hubiera gustado que se nos ilustrara con algún caso o experiencia en la que gracias a determinados programas y políticas culturas se pudieron solucionar los problemas de delincuencia, pandillerismo y desintegración familiar.(1) Pero no, no se ofrece ninguno y al no hacerlo, nuestro distinguido poeta, intelectual y periodista colimense, cae precisamente en lo que está criticando: la demagogia.

20 de mayo de 2009

Trendy

Como se puede apreciar en la imagen, a pesar de haber quedado tuertos por no comprar en La Bodeguita, los integrantes de esta familia se ven extremadamente contentos. Pero, ¿de qué se ríen? ¿Acaso hay algún mensaje subliminal en este anuncio? ¿Apología del delito? ¿Triunfo del eufemismo? ¿Humor involuntario? Como quiera que sea, en tiempos como los que vivimos, negocios como el bazar La Bodeguita (donde se puede adquirir "ropa de las mejores marcas" a precios económico) son imprescindibles y dan tranquilidad a las personas que, como en mi caso, comparten la peregrina idea de que Antes muerto que perder el estilo.
Versace, Armani, Karan, Klein, Lang, Gaultier, Prada, etcétera, etcétera, donde quiera que se encuentren ¡que Dios me los bendiga!

19 de mayo de 2009

El circo, mi hijo y la nostalgia

EL DOMINGO PASADO platicando con Iván, sacamos cuentas de que hace como seis años fue la última vez que fuimos juntos a un Circo y mientras que él tiene agradables recuerdos de ese día, para mí lo que viví aquel domingo fue realmente una experiencia infernal. Vean si no:
Recuerdo que ese día Iván y yo andábamos dando vueltas por las calles de la ciudad, nomás abriendo la boca sin saber qué hacer. Cansado de que anduviéramos como chacamotas, le sugerí que buscáramos un lugar para ver el futbol, ya que el partido del Guadalajara lo iban a pasar por Sky y en casa el gancho para la ropa que en mi televisor cumple la función de antena, no goza del suficiente desarrollo tecnológico para captar la señal de aquél sistema. Apenas había terminado de hablar cuando escuché el tajante comentario admonitorio de mi copiloto: —Nel, vato, mejor vamos al circo—. Los veintinueve años de edad con los que supero al Chino y las malas mañas que se supone habría podido esgrimir por dicha diferencia, debieron de haberme dado fortaleza de espíritu y agilidad mental para contradecirlo; sin embargo, no pude arriesgar un razonamiento convincente:. —Vamos pues al circo, que al cabo el rebaño sagrado va a perder—, le dije más resignado que persuadido por la imposición. Mientras conducía por la avenida María Ahumada rumbo a Villa de Álvarez, se me ocurrió pedirle a la virgen (cualquiera que estuviera al pendiente y me pudiera oír) que me arropara con su manto divino y que si no era mucha molestia me hiciera el milagro de que no hubiera función a esa hora, que los boletos estuvieran agotados o que, de plano, el circo ya hubiera ahuecado el ala. Fue entonces cuando comprobé que mis bonos andaban a la baja en el congestionado mercado celestial: como el dinosaurio, el circo aún estaba allí. Peor aún: en ese preciso momento, iba a iniciar la primera función. Resignado fui a comprar los boletos y minutos después estábamos ingresando al circo. De pronto, tuve la sensación de que sólo nos estaban esperando a nosotros, pues apenas ocupamos nuestros asientos dio inicio la función… O al menos eso creí. El escenario se iluminó y la voz del maestro de ceremonias nos dio la bienvenida a todos. Enseguida la misma voz se propuso entusiasmarnos divulgando el programa que se iba a presentar, a saber: contorsionistas, payasos, osos, malabaristas, bailarinas, acróbatas, domadores, equilibristas, etcétera. Invadido por el regocijo aplaudí y aplaudí, mientras Iván me echaba una mirada de “ya cálmate, vato, no es para tanto”. Sin embargo, mi arrebato se esfumó como por arte de magia debido al artero golpe que nos propinó el mismo maestro de ceremonias a todos los padres ahí presentes, pues sin transición, sin pausa alguna, les informó a los niños que ya estaban a la venta la espada de estar guars, el gorro con espantasuegras, la bolita galáctica, la varita de colores elaborada con fibra óptica, el globo multicolor y otros productos de los cuales ya no quiero ni acordarme. Previendo el desastre económico, le informé a Iván que si deseaba adquirir alguno de los productos mencionados iba a tener que renunciar a comer la siguiente semana; es decir, que se olvidara de los cheetos y las cocas. Obviamente le valió madre mi aviso, pues compró la espada de estar guars (instrumento infernal con el que me estuvo chingando toda la función, pues se la pasó picándome las costillas cada que me descuidaba). Ahora bien, lo que en realidad quería comentar es que ese día descubrí que el circo, juntos con los lances prodigiosos de sus artistas, continuaba provocándome una fascinación extraordinaria. Porque ese día no me importó que los actos que se presentaro fueran los mismos de siempre, tampoco que sus maniobras superaran en complejidad a otras que yo hubiera visto.
Como sea, ahora pienso que mi fascinación por el circo tiene que ver más con la posibilidad de regresar y revivir nuestro pasado. Concluir que el espectáculo circense es la mejor vía para la risa, el asombro y la nostalgia.
Ya lo dijo el periodista chileno Alfonso Alcalde, es verdad que el circo entronca con una simbología de la vida: no hay acrobacias ni chistes de payasos, porque el chiste en realidad está en saber qué hacer con ella.

16 de mayo de 2009

¿Cómo dice que dijo, mi estimado?

En el lenguaje cotidiano, la palabra falacia(1) suele ser utilizada como sinónimo de mentira; sin embargo, en términos de lógica formal dicha expresión sirve para señalar un argumento técnicamente incorrecto o que vale madres, como dirían los clásicos. Al respecto, veamos los siguientes ejemplos.
1. En la mesa redonda titulada Virtudes y excesos del periodismo en el Principado de San Mames, Jal., que con gran éxito organizó la Asociación Estatal de Redactores y Gacetilleros, uno de los participantes dijo en su intervención que la línea editorial del periódico El Verdulero resulta, además de reprobable, sumamente vergonzosa porque sistemáticamente le está moviendo el rabo al partido político del gobernador y a la familia de éste. Y para reforzar su dicho, el ponente se puso a leer algunos de los comentarios publicados en el citado medio de información.
El público, estupefacto y sin poder dar crédito a tanta desmesura, se escandalizó a tal grado que, frenético, empezó a gritar mueras a El Verdulero. Abucheos que esporádicamente eran opacados por las vulgares imprecaciones que un grupo de señoras que iban pasando por el lugar le lanzaban a un pobre reportero gráfico. Milagrosamente los gritos y exabruptos poco a poco fueron disminuyendo, hasta que por fin la calma regresó al salón donde se desarrollaba esta notable cuanto recomendable actividad cultural. Como sea, lo cierto es que los días fueron pasando y sobre el candente tema nada se comentaba en El Verdulero. Por fin, una semana después, los directivos del periódico dieron señales de querer reaccionar. Pero lamentablemente para ellos en lugar de dar una respuesta puntual, fundada y contundente a los dardos venenosos que abierta y públicamente les habían lanzado días atrás, estos señores decidieron responder con dos preguntas: "¿Qué calidad moral tiene esa persona para criticarnos?", "¿Quién se cree ese mediocre personaje para suponer que nos tomaremos la molestia de responderle?".
La falacia es evidente. Y es que para el caso que nos ocupa la calidad moral del criticón, así como su presunta mediocridad, eran temas absolutamente irrelevantes en la medida que no aportaban nada a la discusión y su único propósito era denigrar a la persona. Y sin embargo, respecto a las acusaciones que desataron esta polémica, es decir, sobre la proclividad del multicitado periódico por echar toda la carne al asador cuando se trata de lambisconear al gobernador y a su partido político, lo único que ofrecieron a sus lectores los reporteros, colaboradores, achichincles y directivos de El Verdulero fue un ominoso silencio que devino en vergonzante hermetismo.
2. Cierto dirigente sindical denunció en todos los medios impresos y electrónicos que le dieron oportunidad de hacerlo, la conspiración que sus enemigos (ciertos e inventados) organizaron con el propósito claro y evidente de vulnerar su capital político (mínimo e inventado), a través de complejas estrategias como la de andar repartiendo por toda la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez, casa por casa y de persona a persona, un panfleto donde se le acusaba de estar cobrando, desde hace más de quince años, la cantidad de veinte mil pesos quincenales sin trabajar.
El sujeto en cuestion, en lugar de reconocer que ya tiene un tiempecito cobrando sus quincenas sin merecerlas, mejor se puso a declarar que los ataques a su persona lo único que iban a lograr era provocarle un daño tremendo a la clase trabajadora en México...
Y como esta respuesta lo único que logró fue hacerme encabronar, mejor aquí le paro...
Nota:
1.
Una novedosa definición de esta palabra puede encontrarse en el Illustrated Dictionary, de Mary Grottos.
FALACIA
. Introducir el falo con engaños.
Verbi gratia: No te va a doler. La puntita nada más. Mañana nos casamos.

14 de mayo de 2009

El Crepúsculo

La luz ámbar del semáforo empezó a parpadear y segundos después la roja tomó el control de la situación. Alto total.
A pesar de la hora, el calor era insoportable: -Puta madre, me digo a mí mismo, verdad de Diosito Santo que sería capaz de comprometer mi voto -y el de toda mi familia- para el primero de los candidatos que tuviera a bien regalarme un carro con aire acondicionado y me vale madre si me sanciona el IEE, el IFE, el TRIFE o hasta el BIFE.
Mi diálogo interno concluyó tan intempestivamente como empezó gracias a que el sol, asomándose entre las inmensas nubes que poblaban el cielo colimense, me pega directo en el rostro. Un poco deslumbrado, alcanzo a ver cómo la luz del astro rey transforma el paisaje, concretamente pude percibir que la atmósfera adquiría un extraño matiz. Sin pensarlo dos veces, decido tomar una foto. Así que agarro la cámara, enfoco, disparo y...

En ésas estaba cuando de pronto el señor que estaba vendiendo ciruelas recién cortadas, con la rapidez que le permitía el cansancio provocado por el ir y venir de la vida, se me acerca y en lugar de ofrecerme las ciruelas recién cortadas que traía en una de sus manos, me pregunta:
- ¿LE TOMASTE UNA FOTO AL CREPÚSCULO?
Entre la sorpresa que provoca una pregunta inesperada y las exigencias de los conductores que me pedían que avanzara, debo confesar que no alcancé a responderle.
Pero voy a regresar para decirle que sí, que sí le tomé una foto al crepúsculo y que muchas gracias por preguntar.
Pero sobre todo, voy a regresar para decirle al señor que vende ciruelas recién cortadas, que si de casualidad puede venderme una bolsita con preguntas para hacer felices a sujetos que como yo no dejan de sorprenderse por las pequeñas pero maravillosas experiencias que todos los días nos ofrece la vida.

7 de mayo de 2009

¿Dominantes y sumisas?

«Un hombre confía demasiado en sus atractivos físicos si espera que la mujer dé principio a los avances. Corresponde al hombre empezar, al hombre pronunciar las palabras de ruego, y a ella acoger de buen agrado las súplicas amorosas». (Ovidio, Arte de amar)
Novia mía, novia mía... "¿Tiene fuego?" le dice Lauren Bacall a Humphrey Bogart, en una de escena de la película Tener o no tener, cinta filmada en la década de los cuarenta del siglo pasado, y que junto con otras venían exponiendo las significativas transformaciones que estaban sufriendo las relaciones amorosas cuyo origen podía hallarse en novedosas actitudes femeninas que en última instancia vinieron a trastocar los roles sociales tradicionalmente asumidos tanto por los hombres como por las mujeres. Por lo tanto, cuando el personaje interpretado por Bacall le pide fuego a su protagonista, lo que la mujer estaba haciendo era algo hasta entonces inconcebible: ella estaba tomando la iniciativa.
Cascabel de plata y oro... En su polémico libro titulado La tercera mujer, el filósofo francés Gilles Lipovetski señala que la seducción amorosa ha estado históricamente marcada por la división social de los géneros y que cada época ha reproducido determinados modelos de conducta, de discurso y de práctica amorosa. Durante cientos de años -afirma Lipovetski- la seducción se ha estructurado con base en tres principios básicos: la declaración de amor, las lisonjas a la mujer y la promesa de matrimonio. Como guerrero, el hombre tenía la obligación de asediar a la dama, lanzándose al asalto para conquistarla, en tanto que la mujer, por "obligación moral, pero también por pudor", estaba obligada a simular su papel de "presa". Es así que ellos han tenido el poder de la iniciativa, mientras ellas el papel pasivo de la espera al mostrarse inaccesibles, multiplicando los obstáculos y no cediendo a ruego alguno. Pero también son ellos los que deben dar el primer paso, halagando a la bella y declarándole su amor, en tanto la doncella hace esperar al pretendiente y acaso le concede favores de manera paulatina. En síntesis, mientras uno avanza ruega e insiste, la otra se niega, acepta y luego se retracta.
Tienes que ser mi mujer... La cultura seductiva históricamente ha estado fundada en un lirismo con el que se pretendía honrar a la mujer, adulándola, cubriéndola de elogios y rindiendo homenaje a su belleza; pero su principal característica ha sido la teatralización con la que se lleva a cabo: una lágrima furtiva por aquí, un suspiro contenido por allá, protestas vehementes un día y súplicas atormentadas al otro, obviamente sin faltar las promesas de matrimonio las más de las veces incumplidas. Ahora bien, si la seducción se ha construido con base en la permanente oposición entre lo masculino y lo femenino, hoy que se pondera la igualdad y equidad de género ¿qué está sucediendo con nuestras relaciones amorosas?
Chistoso mata carita. Con base en todo lo anterior, es posible afirmar que la nuestra es una época posromántica, minimalista, cuya lógica constitutiva se encuentra en el humor. Efectivamente, en nuestros días ya no es necesario expresar el ardor de los sentimientos: "Hay que seducir sin énfasis ni 'te quiero', sin promesas ni rito convencional; limitarse a uno mismo". Hoy por hoy, el galán contemporáneo sabe que debe hacer reír a su amada, pues el humor ha adquirido mayor "eficacia seductiva que las hipérboles del corazón". Vemos entonces que el cortejo ha sido sustituido por el ligue y la teatralidad de la seducción ha sido desbancada por "juegos prosaicos y desenvueltos menos marcados por la espera de los signos de veneración, que por la exigencia de proximidad y de reconocimiento.
Me estás oyendo inútil... En nuestros días el protocolo seductivo ha sido aniquilado por el predominio de valores hedonistas que privilegian la evasión de todo compromiso. La seducción, vista desde esta perspectiva, no sólo podría resultar sexista o hipócrita, sino hasta empalagosa. También, un piropo superlativo puede resultar absolutamente ineficaz, cuando no ridículo. En la actualidad, por el contrario, las mujeres, al no reconocerse en los ritos desigualitarios del cortejo, buscan un intercambio más relajado y divertido. En el humor se traduce el deseo de las mujeres por tener relaciones "menos convencionales" y más libres, de trato más cómplice con los hombres. ¿Y las promesas de matrimonio? También resultan inútiles, pues en estos tiempos en que las mujeres gozan ya de independencia económica y el sexo libre cada vez es menos estigmatizante que como lo era antes: "Al reivindicar la libertad y espontaneidad amorosa, las mujeres ya no se sienten obligadas a retrasar la consumación del deseo, a excitar la pasión sin satisfacerla, a hacer esperar más de la cuenta a su pretendiente; dejan cada vez más de identificarse con fortalezas que hay que rendir... la coquetería, tiende a eclipsarse, abriendo camino a conductas más directas, más inmediatas, más parecidas a las de los hombres". Y cuando esto último sucede, a nosotros no nos queda de otra más que ir aflojando el cuerpecito… y cooperar, desde luego.

6 de mayo de 2009

Temporada de Influenza

Lunes 04 de mayo
Zentralia y el vacío de la ausencia
Martes 05 de mayo
Silverio informa y Alfonso Reyes, desde [el] más allá, escucha

Registro Civil, Presidencia Municipal de Colima

Los Limones, Col.

2 de mayo de 2009

1 de mayo de 2009

Gente que se impacta

Hace algunos meses, el entonces presidente del Sistema Integral de Transportes (Sintra), José Luis Carrasco Mesina, en una entrevista concedida a un periódico local, informó que en la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez se registraban al año cerca de dos mil 500 accidentes viales, los cuales, afirmó Carrasco Mesina, tuvieron lugar debido a la falta de pericia de los conductores, quienes “se impactan contra los camiones urbanos, lo que genera pérdidas hasta por tres millones de pesos anuales. Además -continuó diciendo- “hay automovilistas que no conocen ni papa de señalización, lo que provoca que a cada rato se anden impactando contra lo que se les pone enfrente, o se les impacten en la parte trasera de su auto".
No obstante lo anterior, y reconociendo que el experto en el tema es Carrasco y no su servidor, albergo serias dudas sobre la supuesta proclividad de los conductores colimenses a “impactarse contra los camiones urbanos”, pues creo que nadie en su sano juicio sale de su casa, se sube al auto y luego va por la calle con la idea fija de buscar un camión con el cual estrellarse. Seguramente no faltará quien diga que eso creo yo, pero que si pusiera un poco más de atención me daría cuenta que por las calles y avenidas de Colima y Villa de Álvarez anda mucho loco tras el volante, por lo que don José Luis tiene toda la razón. Ahora bien, si este hipotético argumento alguien me lo echaran en cara, entonces yo le respondería que sí pero no. Porque es verdad que son muy altas las probabilidades de encontrarnos en el tráfico citadino con individuos desquiciados que convierte sus vehículos en peligrosos bólidos; pero también es cierto que, en el caso de estos acelerados automovilistas, estamos hablando de gente loca, no pendeja.
Ahora bien, según mi propia experiencia si en este mundo existieran acaso individuos a los que les gusta andarse impactando “contra lo que se les pone enfrente”, esos serían nada más y nada menos que los chóferes de los camiones urbanos. Y, como ejemplo pongo a los conductores de los camiones marcados con el número 69, uno, y el otro con el 223 (ambos sin razón social), que una noche cualquiera andaban como enyerbados disputándose el pasaje. Convertidos en verdaderos cafres, estos dos primates circulaban como a eso de las 20:30 hrs., por las avenidas Tecnológico y María Ahumada, pasándose los altos por el arco del triunfo, echándoles la lámina a los demás automovilistas, parándose intempestivamente, correteándose uno al otro, en síntesis, andaban como si no les cupiera una calilla. Y esta anormal conducta, la cual debiera ser sancionada, parece que es un requisito que deben llenar los aspirantes a conductores de las hoy popularmente llamadas rutas.
La seguridad de las góndolas. Siguiendo con el mismo tema, y como no queriendo quedarse atrás, el entonces director de Transporte del Gobierno del Estado, informó por su parte que el incremento de accidentes automovilísticos también está vinculado al diseño de las vialidades existentes en nuestra ciudad, y que esta circunstancia “corresponde a un problema de planeación de hace muchos años, ya que en aquel entonces las autoridades determinaron hacer las calles al estilo español, es decir, calles muy angostas”.
Luego de leer esta declaración me quedé pensando en que otro gallo nos cantaría si en lugar de un español nos hubiera conquistado algún italiano, de esta manera las calles podrían haber estado diseñadas al estilo veneciano y, como ya se sabe, el transporte en góndolas es tan seguro, que hasta sus conductores van cantando mientras las tripulan…