9 de mayo de 2009

Lo que sucede y lo que transcurre

Skate Park

3 comentarios:

ferrrioni dijo...

Saludos Hombre G, Fernando de Villa de Álvarez, Col. México (aquí cerquita nomás), como todo, por accidente di con tu Blog, te felicito, supera con mucho el de la Alteza Gato y otra fauna nociva y transmisora que pulula en el ciberespacio, el tuyo es bueno, tiene neurora, buen estilo y buenas fotos, alejado de tu ego personal; es obvio, reflejas tu perfil profesional, la percepción de las cosas en función de tu edad e intereses, mal te verías a estas alturas andando de mamuco pretendiendo parecerte al resto, por ello la perrada debe odiarte, no lo dudes. En este país cocacolero y mascachicle los sabios son como costra, cosa rara pues.
Buen artículo el de los actuales rituales de conquista, yo soy amante a la antigua, tengo probado mi método, el romanticismo todavía llega a las mijeres de cualquier edad, eso tu debes saberlo.
Obvio, tu Blog me gustó porque tenemos intereses, gustos y edades comunes.
A ver que día nos tomamos un café. Saludos a tu familia.

ferrrioni dijo...

César Ramírez Salazar, mejor conocido como "El Ajuates" antes de ingresar a la naciente Escuela de Ciencias Políticas y Sociales en 1979, intentó terminar un primer semestre en la Escuela de Derecho, maestros como Gabriel de la Mora, Adela Cortés, Teodoro Ponce y Guillermo Ruelas fueron sus catedráticos en Derecho; después, funcionarios universitarios como el propio Humberto Silva y Arnoldo Ochoa visitaron las escuelas con carreras "saturadas" de estudiantes (el salón de 1er. Sem. de Derecho tenía en ese entonces mas de cien alumnos) y personalmente dieron a conocer las nuevas alternativas. El Ajuates, Tirsio y otros burros, decidimos cambiarnos para estudiar un año de tronco común en la Escuela de Ciencias Políticas, lo demás ya lo sabes, es así como César logró como pudo ser "Sociólogo".
Ahora dime ¿hablamos del mismo mono?
Gusto en saludarte.

Sr. G dijo...

Jejejeje...

Caliente, caliente... Extremadamente caliente...

Es el mismo.

Obviamente, no se trata de sacar a balcón a nadie, sino de cotorrear sobre un tema que parece ser endémico (e histórico) entre nosotros.

Un saludo.