29 de abril de 2010

Lo que leí

Ese día estábamos tirando barrio cuando se apareció El Jito. El Negro luego luego le aventó el sable:
-Qué onda wey saca para unas kiwas ¿no?. -Simón ése, yo también pongo unas. ¿Qué pedo? -le dije tratando de animarlo- Y soltó, el vato. Así que fuimos a comprar material embotellado. Al ratillo, El Negro que me grita cerquita del oído:
-Ira homes, clachate, esa jaina que viene ái'. Wacha, cabrón, tiene bien de aquellas la nalguita. Tírale el sable a la sorda, wey.
Y que me lanzo:
-¿Qué onda, ái te llevo con esa madre, m'ija?- le dije.
-¡Viejo majadero!-, fue lo que alcanzó a responderme la ruca.
-Chale, este wey nomás quemando el terre-, le comentó El Jito al Negro, quien estaba en el suelo revolcándose de la risa.
Al rato fue llegando más raza. Mientras hacían tranza a lo pendejo, llegó un vato con un celular. Quería 300 pesos por él. Se lo talonearon de volada.
Más al ratillo que le cae el Juan, montado en su baika con rines cromados. La carrilla no se hizo esperar:
-¡Tira esa madre a la verga, wey!
-¿Qué onda, saca un daime ¿no?
-El vato todavía ni se aliviana de lo de ayer y dizque quiere desayunarse un churrito. Es retempra wey, no mames.
-Usted saque la chora y cállese, ése.
-!Aguas, la 109!.
-Chale puto, tranquilo con eso. Me escamé bien gacho.
-¿Sabían que anoche se tiró un tiro cabrón el Nacho?.
-¿Oh sí?.
-Sí wey, entramos de gorra a un antro y ahí un güey que se nos pone bien acá. Pinche Nacho andaba bien arriba, de pronto empezó a lanzar botellas y que se arma la putazera. N'ombre, en el desmadre me jambé un chingo de carteras, wey.
-Ah, puto, andas cuajado. Móchese ¿no?.
-¡Hey wey!, pero qué onda con el Nacho. ¿La libró?.
-No pos le pusieron una catiza acá ligerona, lo bueno es que alcanzamos a abrirnos antes de que llegará el placón. Horas después, estábamos acá, tranquilos, cuando cayó el Aguayo, pinche jura culero, y que me truenan al Juanillo. Se lo llevaron de ahí a punta de riatazos. El pedo es que, según decían, se chingó un bolsón de una ruca de feria. Le dieron una calentiza bien machín y no tuvo más que echarse la bronca. Pero la neta, el Juanillo no tuvo nada qué ver, fue el Nacho quien se chingó el bolsón, compa. Y pos ahora ái está en la Grande… Pero, pos ya qué.
-Simón, ya qué.
-Simón. Pero saque pa’ otras kiwas, mi Jito. ¿O se me agüita?”

Escrito por: Julio El Sueco

1 comentario:

ferrrioni dijo...

Estos weyes hablan como los del Pig Brother, el bodrio de Endemol.