20 de febrero de 2009

Mentiroso desde chiquillo

Desde niños nos enseñan que la mentira no es buena y, por lo tanto, que debe ser sancionada. Lo cierto, sin embargo, es que una vez que nos convertimos en adultos aprendemos que mentir no sólo es aceptado por la sociedad, sino que muchas veces se requiere falsear la realidad para alcanzar algunos éxitos. Así ha quedado demostrado en la investigación realizada por el sicólogo Robert Feldman, de la Universidad de Massachusetts, que midió distintos tipos de conductas en niños y adolescentes desde los 11 a los 16 años. El experto señaló que "descubrimos que la habilidad para mentir de manera convincente es asociada con las buenas capacidades de desenvolvimiento y éxito social". Al respecto, debo señalar que, según mi experiencia y debido a las enseñanzas de un maestro, mi conducta siguió otros caminos contrarios a la verdad.
Brevemente narro la anécdota: En 1976, durante unos cuantos días, yo no fui yo, me convertí en otro. Y es que, por azares del destino, tenía cuatro meses más de edad de los que señalaba la convocatoria para asistir a jugar en un campeonato nacional de futbol infantil. La única solución que encontró el entrenador (que en esos tiempos era considerada como “natural”) fue conseguir un acta de nacimiento de otro chiquillo. Durante dos semanas me llamé Roberto Rodríguez. Eso fue un problema, porque como ya lo mencioné, yo no era yo, entonces mi producción goleadora se redujo dramáticamente, fui un fiasco, un rotundo fracaso a la ofensiva. De tal suerte que al concluir el torneo aquel profesor y yo sacamos nuestras propias conclusiones, él total y absolutamente arrepentido, juró nunca más arriesgarse a llevar un cachirul en sus equipos; y yo me convencí en los hechos que la chapuza siempre acusa.

1 comentario:

Sv Alteza dijo...

amiguito mil, no tengo crédito para contestarte mil, pero voy saliendo de la escuela, y me iré caminando a casa para ponerme buena mil y pasaré a tu oficina a ver si estás. si por algo ves este mensaje mil y no estarás o algo así, avísame mil pa no llegar. porfas. gracias. mil.