Voy caminando por el centro de la ciudad directo a mi trabajo. Adelante de mí va un muchacho como de unos 17 años. Trae colgada en la espalda una mochila y bajo el brazo carga una patineta. Mientras apresuro el paso, lo observo con curiosidad. Lo que más me llama la atención no es su pelo rojo o la pequeña arracada que trae en la oreja, sino los botones que le puso a su mochila. Uno de ellos dice: «¡Vete a la chingada!», mientras un dedo anular enfatiza la orden. Otro, trae un dibujo de una hoja de marihuana. Uno más trae el rostro del Ché y en el último alcanzo a observar el símbolo de la anarquía. De pronto, unos policías pasan a mi lado y alcanzando al muchacho le tocan el hombro y le piden que se detenga. Como si me lo hubieran dicho a mí, también me detuve. Para disimular un poco me paré en la puerta de una tienda y me puse a ver unas camisetas. Como le sé hacer muy bien al pendejo, mientras miraba la ropa, de reojo observaba que al chavo le estaban dando su basculeada y al mismo tiempo le preguntaban que en dónde vivía, que a dónde iba, que de dónde venía, que si estudiaba o trabajaba. Luego le ordenaron que abriera su mochila y les mostrara lo que traía adentro. Finalmente, le pidieron que se identificara. Como no encontraron nada o porque de plano ya para entonces un grupo de personas estábamos mirando atentamente lo que hacían, los policías manilargos tuvieron que decirle que se fuera, pero antes de permitirle que se marchara, le dieron un consejo al skato: “Quítate esos pelos que tráis, pareces delincuente”.
8 de enero de 2010
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1 comentario:
Hombre G, el morro de la patineta pudo haber sido mi hijo Ever de 16, anda con un look tipo "Emo", eso le ha pasado algunas veces con los tiras. Yo lo dejo ser mientras no ande de drogo, es una etapa temporal. Si yo tuviese su misma edad en este tiempo, así mesmamente sería.
A la poli de Colima hay que actualizarla, parece que se quedó en los tiempos de Díaz Muelas Ordáz.
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